A estas alturas del año, con el calor que hace y después de haberlo dado todo desde la última vez que hicimos una escapada, lo único que pensamos es en las vacaciones, en el descanso y en desconectar.
Por ello, nada mejor que sentarse en esta maravillosa silla a pensar cuál será nuestro próximo destino.
Se llama Acapulco y nació en México en los años 50. Su nombre homenajea a la ciudad de Acapulco (sur de México), uno de los destinos turísticos más importantes a mediados del siglo pasado. Se podían contemplar en todas las playas y terrazas de la bahía ayudando a refrescarte del calor sofocante que hacía en aquel momento. Figura como objeto representativo de la cultura popular mexicana, por lo que se identifica como un objeto que está al alcance de la gente. Aunque actualmente no sean muy baratas que digamos, ya que su precio ronda los 300 euros.
Se caracteriza por su sólida estructura de acero, de forma redondeada y un asiento tejido a mano recordando la antigua técnica de los tejidos maya de las hamacas. Este une el marco de forma radial con el centro, la separación de los rayos forma una trama fresca y permeable dejando escapar el calor.
Está soportada por tres patas de metal, vista de frente su forma es oval, por lo que en algunos lugares la llaman la silla “huevo”.
Tiene varios tamaños pero la más común tiene unas dimensiones de 77 x 88 x 90 cm, existen también la versión baby, la mecedora, el modelo Pomona, Condesa y Puebla.
Su cuidado es mínimo ya que están creadas para ser resistentes y aptas para el exterior. Por ello, lavándolas con agua y jabón, secándolas bien para que no quede humedad entre las cuerdas, tendremos nuestra Acapulco como nueva.
Es una silla que actualmente disfruta de una segunda vida por su versatilidad y diseño vintage. Resulta fantástica fuera y dentro de casa. Es muy cómoda por su respaldo ancho e inclinado pero añadiendo simplemente un cojín podemos conseguir una comodidad máxima. Es fresca, con tonos muy vivos, añadiendo alegría y un toque desenfadado a cualquier estilo decorativo.
Sin duda vuelve a brillar como lo hizo en las playas de México llenas de glamour y estilo sobre los años 50.
¿Qué os parece? ¿No os pasaríais horas sentados en ella?
14 comentarios en “Vacaciones en Acapulco”