Desde hace mucho tiempo pienso que el recibidor de una casa es su espejo del alma, su carta de presentación…
Cuando alguien te abre las puertas de su hogar y te recibe, te das cuenta rápidamente el estilo en el que está decorada, hospitalaria, fría, ordenada, etc. En definitiva, nos guste o no, está mostrando nuestra personalidad, nuestros gustos, está definiendo cómo somos.
Por qué no entramos y desengranamos las necesidades más importantes para hacer de esta parte de la casa un espacio acogedor.
Para comenzar, debes tener en cuenta, cuál es el estilo del resto de la casa, ya que es recomendable que lleve la misma línea.
Es primordial que al ser un espacio pequeño no se quede ningún rincón perdido, pero ¡por favor!, no lo recargues. Es un espacio de paso, por ello hay que saber que 90 cm como mínimo es lo que se recomienda dejar como ancho para poder moverte con desahogo.
Para las paredes tienes grandes opciones, desde papeles, pintar con colores luminosos para evitar el efecto túnel, forrar con madera la misma, o simplemente decorarlas con encanto, como composiciones de fotos, espejos para ampliar el espacio, etc.
Los colores más adecuados son los que están en la gama de los beige, crema o piedra, ya que tienen una gran capacidad para ampliar el espacio y dar claridad. Además son perfectos comodines para la decoración y la transición entre las diferentes partes de la casa.
La luz en el recibidor es una de las partes más importantes del mismo, debe estar bien iluminado para crear amplitud y conseguir que no haya zonas de penumbra. Lo más habitual es tener dos puntos de luz, uno en el techo y otro como lámpara de sobremesa, de este modo podremos jugar con la misma en función de las necesidades del momento.
El suelo debe ir acorde con el resto de la casa, y para darle mayor importancia, conviene colocar una alfombra bonita. Esta sirve para delimitar el espacio y para dar un toque acogedor al mismo. Puedes elegirlas de todo tipo, sólo ten cuidado que estén bien colocadas y que tengan peso para evitar los tropezones.
El mobiliario es el mayor protagonista del recibidor, debido a que se lleva todas las miradas. Hay que elegir el mismo en proporción al espacio que tenemos ya que no puede obstaculizar el paso. Por tanto tenemos que conseguir pocas piezas, muy prácticas y decorativas. Lo más esencial, una balda o consola para dejar la correspondencia/llaves, un asiento/descalzador, un paragüero y un armario/perchero/colgador.
En el caso que tu necesidad sea que los muebles tengan menos protagonismo, puedes rebajárselo pintándolos en blanco.
Para terminar solo hace falta incluir unos detalles con encanto, como un magnífico espejo colgado en la pared o apoyado encima de cualquier mueble para darnos el toque final antes de salir de casa y sobretodo ampliar el espacio, una composición de fotos o cuadros (siempre simétricos) o un toque personal con alguna planta.
Os dejo algunos de mis favoritos.
¿Os parecen buenas ideas? Y vosotros, ¿cómo decoraríais vuestro recibidor?
16 comentarios en “Comenzando por el principio…”